"Tonight i'm tangled in my blanket of clouds
dreaming aloud
things just won't do without you matter of fact
i'm on your back
i'm on your back
...
i'm on your back
If you walk out on me
i'm walking after you
If you'd accept surrender
give up some more
weren't you adored
i cannot be without you matter of fact
i'm on your back
i'm on your back
...
i'm on your back
If you walk out on me
im walking after you
another heart is cracked in two
i'm on your back..."


Diciembre, llega y entrégale el mensaje...

("The flight" by Remedios Varo)

Sin pretenderlo, regresaste a mis sueños.

Vaya derrame de sentimientos, gobernados por una sola bandera: “Te extraño”

¡Te extraño¡ ¡Te extraño!

¿Dónde y cómo estás?
Sé que habremos de encontrarnos, sé que estaremos nuevamente de frente y eso lo anhelo… y eso me aterra.

¿Qué podríamos decirnos? ¿Cómo podría mitigar estas ganas incontrolables de abrazarte y besarte?... simplemente me tatué el “no debo” y eso pesa.

¿Quién definió que dejamos de ser el “nosotros” que tanto nos gustaba?
¿Realmente ha valido la pena separarnos?
Sólo pienso en un “Nadie” y un “No”
…hasta que una amarga realidad sin posibilidades me demuestre lo contrario.

 

Y lloro de alegría al saber que viene a México.

Concierto de placer y nostalgia que anhelo con gran alegría.

¡Sí! Es parte de la herencia que dejaste.

Abriste mi panorama musical en beneficio de todos. (¡Enhorabuena!)

Y es que ¿qué somos pues sin la música?

Con ella existes, existo... seguimos existiendo.

Infinitas gracias por atreverte y romper paradigmas en mi vida.

¡Sí! Sin estar aquí, sigues aquí.

Con lágrimas libres y los sentimientos a flor de piel, canto casi emitiendo una plegaria "IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII wish you were here!"

 

"No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos."


(Jaime Sabines)

("Precipice" by Marc Allante)

"Desde el alma a tientas como siempre, ser y estar, enamorarse y no… esa batalla entre siempre y jamás. Nadie lo sabe, todo lo contrario… 
Espero, sólo mientras tanto, escondido y de lejos ese gran simulacro, fuego mudo, incitación, intimidad, las primeras miradas, tiempo sin tiempo, táctica y estrategia. 
Pero vengo, tormenta saberte aquí, nostalgia, rostro de vos, luna congelada, calma chicha, soledades, pequeñas muertes, preguntas al azar por siempre, ¡vaya uno a saber! 
¿Cómo hacerte saber? te espero… Mucho más grave, te quiero.”

Porque con tan sólo tus títulos se hace poesía, vives siempre Benedetti...

...¿Y qué hacer cuando se quiere saber cómo está esa persona de la cual ya no debes saber?

El deber parece tener un conflicto con lo que en el corazón impera.

Qué complicado ser racionales con tantos sentimientos.

Destino, vida, circunstancias... lo que haya sido que me llevó a un camino diferente no tiene poder sobre ciertos sentimientos tatuados.

Cuánto me gustaría al menos preguntar por ti... y algo me detiene. Dicen que no hay que voltear atrás para poder seguir... y estoy continuando mi vida con el mejor equilibrio posible en todos los aspectos, pero no puedo ignorar que es una realidad que vas a seguir, al menos por mucho tiempo, en mi corazón.

A pesar de lo que al final terminó por obligar una separación y de lo triste que fue para mí, deseo que estés bien en donde quiera que te encuentres y con quien quiera que estés.

Gracias por tan lindos recuerdos que vienen a mí en ocasiones como hoy.

Gracias IF y que logramos estar bien independiente al camino que debemos seguir.

Sí. Hay momentos que me gustaría compartir contigo.

Aunque continúo conmigo, es tan difícil sobreponerse al dolor…

Con qué miedo camino por la terminal, deseando no encontrarte ni encontrarla.

Con qué nostalgia recorro espacios y momentos que hasta no hace mucho compartía contigo aunque fuera a lo lejos.

Me es imposible ocultar el dolor a través de mis ojos aunque intente disfrazarlo con una sonrisa marcada.

“¿Qué tienes?” es la pregunta habitual a la que contesto “es sólo que estoy cansada”. Y en realidad es cierto… estoy cansada de extrañarte, cansada de llorarte, de preguntarme tantas cosas… Cansada de esperar respuestas, esperarte… 

No eres una persona mala… me lo repito todo el tiempo. No sé qué te llevó a quedarte callado tanto tiempo y no supe más cómo decirte en diferentes formas que esto me mata.

Quiero creer que fui real para ti. Quiero creer que fuimos reales, que el cariño, la amistad, la pasión y los buenos momentos marcados por ello fueron auténticos… pero me matan los cuestionamientos del por qué, cómo cuándo, dónde que me hacen dudar de lo que tanto amo creer.

Quería tanto estar contigo este fin de semana… compartirte a mi familia, mis momentos… qué buenos momentos.

…Y sin embargo no estás.

Admito también que me hirió verte hace un par de semanas. No estaba preparada para verte y más bien, había preparado todo para no hacerlo, sin embargo la situación ordenó que te viera… y me desencajó tanto que fueras, me saludaras y me abrazaras como si nada pasara. Un abrazo del cual quería safarme a toda costa... me quemaba el dolor de verte y saber que estabas ahí sin decir nada y que seguirías sin decir nada. Estaba llorando a gritos ahogados y no me escuchaste con tus ojos… ¿Para qué fuiste? ¿Te es indiferente mi dolor o ni siquiera lo notas?

Ojala pudiera…